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Sostenibilidad

Medio Ambiente

El impacto medioambiental de las instalaciones ha sido una constante preocupación de nuestra compañía, por lo que hemos desarrollado los más altos niveles tecnológicos en cada una de nuestras instalaciones para minimizar y, en su caso, anular el impacto medioambiental que estas conllevan. Ello ha supuesto en determinados casos ser pioneros en el establecimiento de controles, procesos y medidas de distinta índole que han sido vendidas para su utilización en otras partes del mundo.

Entre dichas actuaciones destaca el tratamiento de la jarosita (residuo peligroso) para transformarla en un material sólido, inerte e insoluble denominado jarofix. Las características de éste material permiten su utilización para restaurar huecos artificiales como es el caso de las canteras contribuyendo a la recuperación paisajista de las mismas.

Colaboramos con Organismos nacionales e internacionales, a través de las asociaciones de productores de Zinc, en temas relacionados con Medio Ambiente.

Hemos desarrollado un Sistema de Gestión Ambiental, el cual se encuentra certificado según la norma UNE EN ISO 14001.

Nuestro Sistema de Gestión Ambiental, presta especial atención al tratamiento de las aguas residuales, a la gestión de los residuos industriales, al control de las emisiones atmosféricas y al ruido derivado de los procesos de producción de zinc, con el ánimo de cumplir con la normativa vigente, prevenir cualquier tipo de contaminación y establecer la operativa de la mejora continua con la que garantizar que el sistema cumple con los requisitos de la norma internacional.

Biodiversidad

Entendemos la conservación de la biodiversidad como parte integral del desarrollo sostenible; por ello buscamos minimizar nuestro impacto sobre los ecosistemas cercanos.

Hemos identificado las áreas ricas en biodiversidad y las zonas más sensibles dentro de nuestras áreas de operación o adyacentes a las mismas.

Realizamos desde el año 1999 actuaciones encaminadas a la restauración del medio natural, protección de la fauna y flora, recuperación de especies singulares, apoyo a la gestión de espacios naturales protegidos, así como otras actuaciones para la difusión de temáticas ambientales y la conservación biológica. Por tal motivo, desarrollamos estudios de biodiversidad, para a partir de los resultados, implantar los correspondientes Planes de Control y Conservación de la Biodiversidad.

Mina de Reocin

Una de las principales actuaciones en materia de Biodiversidad ha sido la recuperación del espacio en el cual se encontraba ubicada la Mina de Reocín en las proximidades de Torrelavega (Cantabria), propiedad de Asturiana de Zinc, que fue clausurada en 2003.

El caso Reocín

La mina de Reocín comenzó sus actividades de explotación en el año 1856 y finalizaron en el año 2003. Durante este periodo de tiempo, se extrajeron más de 7,3 millones de toneladas de concentrado de zinc y 0,7 millones de toneladas de concentrado de plomo. La singularidad de esta mina fue la pureza del concentrado de zinc (más del 61% de contenido de zinc) y las características del agua descargada (un flujo de agua de 1,2 metros cúbicos por segundo). Tras el cese de las operaciones, el bombeo de agua subterránea se mantuvo hasta que se concedió el permiso para la inundación de la mina; hecho que ocurrió el 4 de noviembre de 2004. Durante este tiempo, se iniciaron los estudios del cierre de operaciones, colaborando estrechamente con las autoridades competentes con el fin de encontrar las soluciones más apropiadas.

El proceso de clausura y restauración de la explotación minera de Reocín incluyó las siguientes actividades:

  • Demolición de edificios e instalaciones 
  • Tratamiento de material y equipos de riesgo
  • Estudio de suelos contaminados
  • Tratamiento del depósito de estériles y de los diques de contención
  • Remodelación del terreno
  • Recolección y canalización de aguas pluviales
  • Fertilización y revegetación de los suelos
  • Mantenimiento de edificios, estructuras y material de valor histórico que se encuentra almacenado en el castillete del pozo de Santa Amelia.

El conocimiento de la zona nos permitió optimizar el uso de los recursos disponibles, reduciendo así los costes. La autoridad minera respaldó esta forma de actuación y colaboró para facilitar el trabajo. Así, por ejemplo, el suelo procedente de excavaciones locales, y los fertilizantes orgánicos procedentes de las cuadras cercanas pertenecientes al ejército, se utilizaron para recubrir las rocas del depósito de estériles. Otro hecho crítico al que tuvimos que hacer frente en el cierre de la mina de Reocín, fue el mantenimiento de los niveles de agua subterránea a niveles +13 así como el tratamiento de los vertidos, previo a su descarga en el Río Besaya. Para conseguir ambos requerimientos, dispusimos una instalación de bombeo con capacidad de 0.7 metros cúbicos por segundo y una planta de tratamiento fisico-químico, consiguiendo una reducción de los niveles de contaminación del vertido muy inferior a lo exigido por la ley. Además, llevamos a cabo un programa de vigilancia ambiental para detectar cualquier anomalía que pudiera producirse en el acuífero. Finalmente, la planta de tratamiento de agua funcionó sin problemas y el agua vertida fue calificada de buena calidad.

En lo referente a la pérdida de los puestos de trabajo por el cese de la explotación minera,  establecimos negociaciones trilaterales entre la dirección de la empresa, autoridades, y los responsables sindicales, que permitieron conseguir soluciones satisfactorias para todas las partes. De esta manera, por ejemplo, la mayoría de los empleados pudo beneficiarse del denominado "Estatuto de los Mineros" en materia de prejubilaciones y traslados de trabajadores a las plantas de Hinojedo y San Juan de Nieva. Por su parte, el resto de los empleados llegaron a un acuerdo de indemnización. Por otro lado, la mayoría de nuestras instalaciones se donaron a la comunidad local y regional. Así, por ejemplo, el edificio de oficinas se transfirió al gobierno regional que lo empleó como sede de una fundación educativa. Asimismo, se pensó utilizar el Castillete del Pozo de Santa Amelia, bien como museo minero, bien como área industrial. Además, una de las áreas restauradas se transformó en un campo de fútbol que, posteriormente, se transfirió al Ayuntamiento del pueblo.

El plan de clausura y las acciones tomadas en Reocín fueron objeto de una auditoría independiente en el año 2006, incluida en el programa de auditoría de HSEC; hecho que ha valido el reconocimiento de este proyecto como ejemplo de buenas prácticas en la industria minera. El cese de la explotación minera de Reocín y los informes de auditoría independiente han sido compartidos con otras instalaciones del grupo, instituciones y asociaciones profesionales como el Instituto Geológico Minero de España, quienes han reconocido las buenas actuaciones de clausura de la mina de Reocín.